¿Quién fue Pitágoras de Samos?
Todos conocemos el Teorema de Pitágoras, pero ¿conocemos realmente al hombre detrás de la fórmula? En este documental de Fisimat, viajamos a los orígenes de la ciencia para desvelar la historia completa de Pitágoras de Samos: 👳♂️
La historia narrada es la siguiente:
En la historia de la humanidad, pocos nombres han resonado con tanta fuerza en los salones de la ciencia como el de Pitágoras de Samos. Aunque muchos lo recuerdan por el famoso teorema que lleva su nombre, Pitágoras fue mucho más que un matemático. Fue un filósofo místico, un músico apasionado, y el fundador de una escuela que combinaba ciencia, religión y vida comunitaria.
Nacido alrededor del año 570 a.C. en la isla de Samos, en la antigua Grecia, su vida está envuelta en leyendas. Pero detrás del mito, se esconde la figura de un hombre que cambió para siempre la forma en que entendemos el mundo a través de los números.
Durante su juventud, Pitágoras emprendió extensos viajes por Egipto, Fenicia, Babilonia e incluso se dice que llegó hasta la India. Pero estos no fueron viajes de placer. Fueron una búsqueda obsesiva de conocimiento.
Se cree que en Egipto, observó a los "tensadores de cuerdas", los agrimensores que restauraban los límites de las tierras tras las inundaciones del Nilo. Ellos usaban una cuerda con 12 nudos para formar un triángulo de lados 3, 4 y 5, creando así un ángulo recto perfecto. Pitágoras vio aquí una regla práctica, pero su mente se preguntó: ¿por qué funciona? ¿Cuál es el principio universal detrás de esta simple herramienta?
En Babilonia, habría tenido acceso a tablillas de arcilla con cálculos astronómicos. Vio un sistema que usaba los números no solo para contar, sino para predecir, para ordenar el cielo. Esta formación multidisciplinaria marcó profundamente su pensamiento.
Al regresar a Grecia, se trasladó a la ciudad de Crotona, en el sur de la actual Italia, donde fundaría una de las comunidades más enigmáticas de la historia: la Escuela Pitagórica.
La Escuela Pitagórica no era solo un lugar de estudio. Era una orden casi religiosa. Sus miembros vivían bajo estrictas normas éticas y de conducta.
La admisión era rigurosa. Una vez aceptados, los iniciados se dividían en dos círculos: los akousmatikoi, o "escuchas", que recibían las enseñanzas sin demostración; y los mathematikoi, o "aprendices", que tras años de prueba, accedían al conocimiento profundo.
El secretismo era absoluto. Y sus reglas de vida eran profundas y, a veces, extrañas. Eran vegetarianos, creían en la reencarnación del alma y seguían preceptos curiosos como "no atizar el fuego con un cuchillo" o "no comer habas". Cada regla tenía un significado simbólico profundo en su filosofía de pureza y orden.
Creían que el número era la esencia de todas las cosas. Los pitagóricos veían el universo como una armonía matemática.
Su símbolo más sagrado era la Tetraktys, una figura triangular compuesta por 10 puntos. Contenía los secretos del universo. El 1 representaba el punto, el 2 la línea, el 3 el plano y el 4 el sólido. La suma, 10, era el número perfecto. Juraban por la Tetraktys, pues era el mapa del universo.
Creían que los números impares eran masculinos y activos, y los pares eran femeninos y pasivos. Estas ideas formaban una cosmovisión que unía ciencia y espiritualidad de una forma nunca antes vista.
Uno de los aportes más conocidos de Pitágoras es, sin duda, el teorema que relaciona los lados de un triángulo rectángulo: “En todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos.”
Aunque babilonios y egipcios conocían la regla, fue Pitágoras o su escuela quien lo demostró de manera abstracta. Fue un salto monumental: de una receta útil a una verdad universal.
Pero este mismo sistema lógico les llevaría a una crisis. Si todo es una proporción de números enteros, ¿qué ocurre con la diagonal de un cuadrado de lado 1? Según su teorema, sería la raíz cuadrada de 2. Un miembro de la escuela, Hipaso de Metaponto, descubrió que este número no podía expresarse como una fracción. Era... "irracional".
Este hallazgo fue una herejía. Destruía su visión del cosmos. La leyenda cuenta que el secreto fue tan terrible que Hipaso fue asesinado por revelarlo. Fue la primera gran crisis de las matemáticas.
Pero no solo eso: Pitágoras fue también pionero en el estudio de la acústica. Según la leyenda, notó que los martillos de una herrería producían sonidos armoniosos cuando sus pesos eran proporcionales. Así nació la idea de que la música está gobernada por relaciones numéricas.
La influencia de Pitágoras creció tanto que generó tensiones políticas. Su escuela fue perseguida y finalmente disuelta.
A pesar de esto, su legado sobrevivió. Platón basó gran parte de su filosofía en ideas pitagóricas. Kepler, siglos después, buscaría la "música de las esferas", convencido de que las órbitas planetarias seguían las mismas armonías musicales que Pitágoras había descubierto.
Hoy, en cada cálculo de ingeniería, en cada ecuación de la física, en cada algoritmo que hace funcionar nuestra tecnología y en cada acorde musical... resuenan los ecos de Pitágoras.
Pitágoras nos enseñó que el universo está escrito en el lenguaje de las matemáticas. Que detrás del caos aparente hay un orden, y que la búsqueda del conocimiento no solo es una cuestión de lógica, sino también de asombro y contemplación.
Su mayor teorema no fue sobre triángulos, sino la audaz afirmación de que el cosmos es inteligible. Que podemos comprenderlo. A través de su vida, entendemos que la matemática no es solo una herramienta: es una filosofía, una forma de ver el mundo, y una manera de escuchar lo que el universo intenta susurrarnos.
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